La transformación digital ya no es un concepto abstracto. Hoy en día lo encontramos en todos los ámbitos de la sociedad.
La estrategia para el Mercado Único Digital de la Unión Europea sentó las bases para que, tanto la economía, como la industria y la sociedad europeas pudiesen aprovechar todas las ventajas que ofrece la transformación digital.
En relación al sector público, España lidera el cambio siendo así uno de los primeros países en Europa que legisla a favor de una «Administración sin papeles».
A finales del año pasado, la Tesorería General de la Seguridad Social se empezó a comunicar con los autónomos a través de notificaciones electrónicas.
Esta nueva forma de comunicarse posee muchas ventajas entre las que se encuentra: mayor seguridad jurídica, beneficios ecológicos y un ahorro importante de tiempo y dinero.
Aun así, exige que los autónomos tengan una constante vigilancia de la sede electrónica para así no perder información.
Ahora, se exige a los autónomos acceder casi a diario a la sede electrónica de la Seguridad Social.
Anteriormente, para poder gestionar los trámites relacionados con la afiliación o cotización era preciso dedicar varias mañanas al papeleo, peregrinando por distintas ventanillas de la Seguridad Social. Ahora, los trámites son digitales, más ágiles y rápidos.
Así, todos estos procedimientos de tipo analógicos están desapareciendo pero los autónomos no reciben soluciones por parte de los organismos públicos que les ayude a adaptarse con éxito a dicho cambio.
Acoger la digitalización requiere aprender ciertas competencias nuevas y precisa la dedicación de tiempos y recursos en exclusiva.
En este caso no hacerlo puede ser un freno a su actividad profesional: no atender un requerimiento o no gestionar una notificación electrónica puede ocasionar multas, sanciones o el inicio de una inspección fiscal.